martes, 19 de noviembre de 2013

LA LEYENDA DE CAPERUCITA ROJA

¡Hola a todo el mundo!
Soy Llara.
La historia que os voy a contar me la contó mi madre, y a mi madre se la contó mi abuela, y a mi abuela mi bisabuela...  Es una historia familiar que le ocurrió hace mucho, mucho tiempo, a una antepasada mía.
Le encantaba ir siempre cubierta con una capucha roja, por eso en la familia se le conoce como Caperucita Roja.
Ella cada semana iba primero a la tienda a comprar té, miel, fruta y alguna legumbre, y después iba a ver a su abuela. Tenía que cruzar el bosque que era bastante largo y peligroso, así que iba a la grupa de Duquesa, su yegua. Normalmente no había nadie en el bosque. Pero un día, a las 12 de la mañana, cuando estaba en el medio del bosque para ir a casa de su abuelita, no todo parecía estar tranquilo. Se oían unos ruidos muy extraños. Caperucita se bajó de la yegua y empezó a mirar entre los árboles para ver de dónde salían esos ruidos.  Y oyó una voz que le dijo:
 -¿Qué haces aquí, niña?
Caperucita contestó:
-Voy a casa de mi abuelita a llevarle esta compra. ¿Y tú quién eres?
Entonces salió una sombra humeante... Era un gran lobo negro fumando una pipa, y llevaba una gabardina a cuadros de color café.
Caperucita se montó a toda prisa en su yegua y salió pitando de allí para seguir su camino.
Pero lo que ella no sabía es que ese lobo guardaba un tremendo y oscuro secreto: un hada del bosque le había hechizado.  En realidad era un príncipe encantado y sólo se deshechizaría con un beso de amor verdadero.
El caso es que el pobre príncipe, al tener forma de lobo,  nunca conseguía enamorar a ninguna chica, y así no había manera de volver a ser príncipe.
CONTINUARÁAAAAAAAAA..........  

  ¡ES BROMA!
La abuela de Caperucita ya sabía el problema del “lobo”, y tenía un plan.

¡AH, ES VERDAD!    ¡QUE VOSOTROS NO LO SABÉIS!    ¡ESPERAD QUE OS LO CUENTO! 

Mientras os he estado explicando lo que le ocurrió al lobo, él ya había cogido  un atajo para llegar antes a casa de su vieja amiga, la abuela, y trazar un plan con ella...  y a Caperucita todavía le queda un rato de camino.
Cuando el lobo llegó a la casa de la abuela, le explicó lo sucedido y la abuela le explicó el plan.
Ella se fue a dar un paseo y el lobo, con uno de los poderes que le había concedido el hada y que consistía en convertirse en cualquier otro ser vivo que no fuera él mismo… ¡se convirtió en la abuela!  Y se sentó en su sillón a ver la tele mientras tejía. Caperucita llegó a la casa y encontró a su “abuela”. Estuvieron charlando un rato, peroooooo …  el efecto del poder era limitado y se le acabó, y se convirtió de nuevo en lobo.
Caperucita se puso a gritar como si fuera una loca:
-¡AAAAAAAAAhhhhhh!
 En ese momento entró la abuela y dijo:
 -¡Miércoles! Mejor me voy y vuelvo en otro momento.
Y se fue.
Después de un rato, Caperucita se cansó de gritar al ver que el temible lobo no la devoraba. El lobo y Caperucita estuvieron charlando un rato y no sabemos cómo sucedió, pero el caso es que… ¡se dieron un beso tan especial…!    ¡Que se habían enamorado!
Y el lobo se convirtió en...  ¡príncipe otra vez!   ¡Y se casaron!   ¡Y vivieron felices!  E incluso con el tiempo llegaron a tener... ¡ocho hijos!  Y una de esos hijos fue mi tatatatarabuela.


¡En fin!  Esta es una pequeña parte de la historia de mi familia. Otro día os contaré más.

1 comentario:

  1. Mira que escuché y leí muchas versiones de Caperucita... pero como estás ninguna... Me encantan!!!

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