miércoles, 20 de noviembre de 2013

EL CUMPLEAÑOS DE JOSE

Para celebrar el cumpleaños de Jose (que es el niño del mandil naranja que veis en la foto), hicimos unas bolitas de coco y zumo de naranja con kiwi.
Llara (la del mandil rosa) trajo platos, velas, servilletas… Maite trajo los ingredientes para cocinar.
Primero hicimos las bolitas de coco. Se hacen con coco rallado y leche condensada. 
Después hicimos el zumo. Llara y Cristina partieron el kiwi en trocitos, y después cada uno se hacía el zumo en un exprimidor y se lo echaba.
Después Jose sopló las velas, que pusimos en las bolitas.
Esta foto que veis es Llara que estaba contando su versión de Caperucita Roja. Como veis, va vestida toda de rojo. Lo hicimos a oscuras, con una vela.
¡Lo pasamos genial!
Otro día os contaremos más cosas.
¡Esto, esto, esto ha sido todo, amigos!

¡Y MÁS CAPERUCITA!

¡Hola a todo el mundo!
Aquí tenéis el cuento de Cristina:
Había una vez una casita en medio del bosque. En esa casita vivía una abuela, llamada Caperucita Roja. Se llamaba así porque tenía un gorro y una caperuza de color rojo.
La abuelita no paraba de llevarle bizcochos a su nieta ,que estaba mala . Un día se le ocurrió llevarle una tarta de frambuesa. La tarta dejaba un olor muy rico y tenía muy buena pinta .La abuelita se dirigió a la casa de su nieta. La abuelita pasó delante de la casa del lobo. El lobo, que era muy malo, olió la tarta .Tenía  una idea para que la abuelita le diera la tarta.
Fue por un atajo, y llegó a la casa de la nieta . Picó a la puerta: ´´toc, toc´´. La nieta, María,dijo:
-¿Quién es?
-Soy yo, tu abuelita.
- Puedes entrar, la puerta está abierta.
 El lobo entró y metió a la niña en el armario. El lobo se puso el camisón de la niña  y se metió  en la cama. La abuelita llegó y se dirigió a la cama. La abuelita le dijo a la niña, que era el lobo:
-¿Te encuentras mejor?
El lobo respondió:
-Me encontraría mejor si me das esa tarta tan deliciosa.
La abuelita al oír esa voz  tan grave ya  pensó que era el lobo. La abuelita dijo:
-Tú eres el  lobo que quieres comer la tarta que le hice para  mi nieta .
El lobo corrió detrás de la abuelita  por  toda la casa.
Un cazador que pasaba oyó el ruido y se dirigió hasta la casa. Abrió la puerta, y el lobo paró de seguir a la abuelita. El cazador dijo:
-Vete de aquí y no te quiero volver a ver.
El lobo se fue como si fuera una bala.
La niña gritó:
-¡Socorro, socorro!
Y  la abuelita la sacó del armario.
La abuelita le dijo al cazador:

-Muchas gracias, me has salvado a mí y a mi nieta.

martes, 19 de noviembre de 2013

LA LEYENDA DE CAPERUCITA ROJA

¡Hola a todo el mundo!
Soy Llara.
La historia que os voy a contar me la contó mi madre, y a mi madre se la contó mi abuela, y a mi abuela mi bisabuela...  Es una historia familiar que le ocurrió hace mucho, mucho tiempo, a una antepasada mía.
Le encantaba ir siempre cubierta con una capucha roja, por eso en la familia se le conoce como Caperucita Roja.
Ella cada semana iba primero a la tienda a comprar té, miel, fruta y alguna legumbre, y después iba a ver a su abuela. Tenía que cruzar el bosque que era bastante largo y peligroso, así que iba a la grupa de Duquesa, su yegua. Normalmente no había nadie en el bosque. Pero un día, a las 12 de la mañana, cuando estaba en el medio del bosque para ir a casa de su abuelita, no todo parecía estar tranquilo. Se oían unos ruidos muy extraños. Caperucita se bajó de la yegua y empezó a mirar entre los árboles para ver de dónde salían esos ruidos.  Y oyó una voz que le dijo:
 -¿Qué haces aquí, niña?
Caperucita contestó:
-Voy a casa de mi abuelita a llevarle esta compra. ¿Y tú quién eres?
Entonces salió una sombra humeante... Era un gran lobo negro fumando una pipa, y llevaba una gabardina a cuadros de color café.
Caperucita se montó a toda prisa en su yegua y salió pitando de allí para seguir su camino.
Pero lo que ella no sabía es que ese lobo guardaba un tremendo y oscuro secreto: un hada del bosque le había hechizado.  En realidad era un príncipe encantado y sólo se deshechizaría con un beso de amor verdadero.
El caso es que el pobre príncipe, al tener forma de lobo,  nunca conseguía enamorar a ninguna chica, y así no había manera de volver a ser príncipe.
CONTINUARÁAAAAAAAAA..........  

  ¡ES BROMA!
La abuela de Caperucita ya sabía el problema del “lobo”, y tenía un plan.

¡AH, ES VERDAD!    ¡QUE VOSOTROS NO LO SABÉIS!    ¡ESPERAD QUE OS LO CUENTO! 

Mientras os he estado explicando lo que le ocurrió al lobo, él ya había cogido  un atajo para llegar antes a casa de su vieja amiga, la abuela, y trazar un plan con ella...  y a Caperucita todavía le queda un rato de camino.
Cuando el lobo llegó a la casa de la abuela, le explicó lo sucedido y la abuela le explicó el plan.
Ella se fue a dar un paseo y el lobo, con uno de los poderes que le había concedido el hada y que consistía en convertirse en cualquier otro ser vivo que no fuera él mismo… ¡se convirtió en la abuela!  Y se sentó en su sillón a ver la tele mientras tejía. Caperucita llegó a la casa y encontró a su “abuela”. Estuvieron charlando un rato, peroooooo …  el efecto del poder era limitado y se le acabó, y se convirtió de nuevo en lobo.
Caperucita se puso a gritar como si fuera una loca:
-¡AAAAAAAAAhhhhhh!
 En ese momento entró la abuela y dijo:
 -¡Miércoles! Mejor me voy y vuelvo en otro momento.
Y se fue.
Después de un rato, Caperucita se cansó de gritar al ver que el temible lobo no la devoraba. El lobo y Caperucita estuvieron charlando un rato y no sabemos cómo sucedió, pero el caso es que… ¡se dieron un beso tan especial…!    ¡Que se habían enamorado!
Y el lobo se convirtió en...  ¡príncipe otra vez!   ¡Y se casaron!   ¡Y vivieron felices!  E incluso con el tiempo llegaron a tener... ¡ocho hijos!  Y una de esos hijos fue mi tatatatarabuela.


¡En fin!  Esta es una pequeña parte de la historia de mi familia. Otro día os contaré más.

martes, 12 de noviembre de 2013

PARA REPASAR EL APARATO LOCOMOTOR

El viernes tenemos control de Conocimiento del Medio.
El aparato locomotor lo podéis repasar pinchando aquí:
 http://centros3.pntic.mec.es/cp.antonio.de.ulloa/webactivhotpot/raiz/Hot%20Pot/cono6/locomocion/locomotor.htm

Los sentidos se estudian muy bien con el disco de "Pipo" de El cuerpo humano.

¡A repasar!

lunes, 11 de noviembre de 2013

CUANDO ÉRAMOS PEQUEÑAS...

¡Hola a todo el mundo!
Como estamos estudiando las NARRACIONES, hemos empezado escribiendo unas narraciones muy cortas que se llaman ANÉCDOTAS. Una anécdota es una narración muy breve en la que se cuenta un suceso curioso que le ocurrió a alguien. 
Las anécdotas que os vamos a contar nos ocurrieron cuando éramos pequeñas.

Ricas galletas
Un día, cuando era pequeña, mi perro estaba comiendo comida para perro. Y yo tenía hambre. Entonces cogí  una galleta y me la comí. Después tenía más hambre, cogí otra galleta y me la comí. Y así hasta que no quedó nada.
Cuando llegó mi madre con un plato de comida, no me lo comí porque ya no tenía ganas.

         Cristina

¿Sombrero o cesta?
No llegaba a los 2 años. Estaba en un restaurante comiendo con mis padres, sentada a la mesa en una trona infantil. Tenía el cesto del pan a mi lado y empecé a sacar los panes. Cuando acabé de sacarlos me puse la cesta de sombrero.

Nadie pone triste a mi amiga
Iba a infantil con 2 años. Estaba en el colegio jugando todos los niños a la plastilina. Un niño vino y le quitó a mi amiga la plastilina con la que ella jugaba.  Mi amiga se quedó triste y yo entonces me levanté, fui hacia el niño, le reñí y le quité la plastilina para dársela a mi amiga.

Me encantan los biberones
Cuando era pequeña, que aún tomaba el biberón, una mañana de día de Reyes, mientras lo tomaba, vino mi madre a avisarme de que los Reyes Magos habían venido y habían dejado un montón de juguetes al píe del árbol. Mi madre me lo decía nerviosa y emocionada. Sin embargo yo, sin soltar la tetina del biberón, hice una señal con la mano a mi madre de que esperase y hasta que no dejé el biberón vacío no fui a ver que me habían dejado los Reyes Magos.
         Llara